Parece que todo en esta vida necesita un motivo, responder a
la ecuación lógica de acción-reacción, y la verdad es que da bastante por saco
que se nos metan estas ideas en la cabeza porque llegado el momento sino
encuentras el motivo para hacer algo terminas por no hacerlo. A priori parece
que contradecir esa ley natural que guía el mundo te convierte en un ser ilógico
y sin razón de ser, pero también te abre mucho los ojos y te hace hacer cosas
simplemente porque sí.
Determinadas acciones de la vida nunca deberían de estar
sostenidas por un motivo, ya que por ejemplo en mi caso concreto me he pasado
mucho tiempo sin sonreír y sin ser feliz porque no existía ningún motivo para
serlo, una visión quizá demasiado pragmática del mundo.
Sonreír debería ser
algo que nunca debería estar supeditado a una razón lógica, ni a esperar una
estrella fugaz, la felicidad empieza primero en uno mismo y luego todos los
motivos lógicos externos que vengan a favorecer o incrementar esta felicidad serán
bienvenidos, pero deberíamos pasarnos la vida entera sonriendo y el único motivo
que deberíamos tener para ello es porque sí.
Mi consejo es que no perdáis ni un
solo segundo de vuestra vida con una cara larga, dedicarle una sonrisa al mundo
y saber que por muy oscuro que sea el momento que estéis atravesando, se termina
saliendo de él y es mejor que para entonces tengas entrenada tu sonrisa porque
la necesitaras para mirar al futuro brillante que se te presenta por delante.
No
pierdas ni un segundo más leyendo y simplemente sonríe.
Agur!HasTa mañana
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