Se supone que deberíamos de dar saltos de alegría pero últimamente
trae consigo una carga de trabajo difícilmente asumible para el común de los
mortales. Está bien porque tienes tiempo para descansar, pero normalmente el
descanso se convierte en trabajo así que la encrucijada en la que te ves
envuelto es bastante jodida. Acabaremos por odiar los viernes y adorar los
lunes viendo como están avanzando las cosas, así que quizá este esquema de trabajo
tan estresante acabe con la maldición milenaria y baje al top2 el odio hacia
los lunes. Esperemos sacar los trabajo y no tener que mudarnos a otro país y
asimilar una identidad y un pasado falsos, por huir de las notas malas y las
consecuencias que ellas acarrean.
Agur!HasTa mañana
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