Bueno para el post de hoy tenemos un
ligero cambio y es que Afri una gran compañera de clase ha escrito
un post porque estaba aburrida haciendo un trabajo horroroso de
derecho que tenemos. Asi que como mis ideas son muy parecidas a las
suyas y es un texto que merece mucho la pena, y la verdad que la
gente deberia pensar mas asi. Pues aquí os lo traigo os dejo con
Afri:P
A veces, las relaciones laborales son muy complicadas. Muchas
veces encuentras que la presión y la obsesión por competir que tus jefes
te marcan puede ser desbordante. Cuando dedicas mucho esfuerzo y tiempo
para conseguir algo, para aprender, por pura pasión o afición, y te das
cuenta de que a tu alrededor solo hay tiburones, te puedes hundir en el
mar. Y no me refiero a un mar literal, si no en un mar de dudas y
pensamientos negativos que probablemente no puedas controlar.
A lo mejor mi problema es que pienso mucho con el corazón, y a veces muy poco con la cabeza. Lo intento tener todo bajo control pero no me sale (como es lógico).
Esto que digo, lo puedo aplicar a prácticamente todos los ámbitos de mi vida. Es muy frustrante ver como te haces expectativas con algo, y ese algo desaparece. También es muy frustrante ver como te vas hundiendo poco a poco y a los demás les parece que estás así por chorradas, o tienen cosas mejores que hacer que estar contigo. O mejor aún, ellos siempre van a estar peor que tú y te van a contar sus penas y calamidades, no se si pretendiendo consolarte o como.
Todo esto suena bastante mal, pero no quiere decir que sea el fondo de este mar al que hago referencia. Muchos amigos y compañeros están ahí siempre para tenderte un brazo, una mano solo, a veces simplemente te animan con sus palabras y se van, sin darse cuenta del enorme bien que han hecho. Yo estoy, hablando mal y pronto, hasta los cojones de competir. No quiero que me hagan competir con mis compañeros, con quienes estoy en las mismas condiciones. Quiero que alguien se levante y diga: lo que tenéis que hacer es hacer una piña y tratar de cambiar las cosas. Y que los demás le oigan y digan: bravo. Solo necesitábamos oírte para hacerlo. Solo necesitábamos esas palabras de ánimo.
Personalmente, yo no soy la más indicada para hacerlo. Estoy demasiado harta de competir como para exaltar a las masas, lo único que quiero es dormir por las noches y dejar de pensar que haga lo que haga, siempre habrá alguien mejor que yo. Eso vale para los vagos, para instarles a que hagan más. Yo no puedo hacer más. He llegado a mi límite.
Por otro lado, siempre he creído que no existen los límites. Y para estas cuestiones no hay ninguna respuesta clara, a cualquiera que le preguntes te dirá cosas que no vas a entender en el momento. Pero, ¿sabéis por qué no existen límites? Porque el tiempo no tiene límites, y mientras aprovechemos el nuestro, no los tendremos. Así que lo mejor en estos casos es tomárselo con calma, degustar el tiempo sin acuchillarlo y muy importante…irse de vacaciones cuando acaben los exámenes y no contactar con nadie en unos días. La paz siempre vuelve, tarde o temprano.
A lo mejor mi problema es que pienso mucho con el corazón, y a veces muy poco con la cabeza. Lo intento tener todo bajo control pero no me sale (como es lógico).
Esto que digo, lo puedo aplicar a prácticamente todos los ámbitos de mi vida. Es muy frustrante ver como te haces expectativas con algo, y ese algo desaparece. También es muy frustrante ver como te vas hundiendo poco a poco y a los demás les parece que estás así por chorradas, o tienen cosas mejores que hacer que estar contigo. O mejor aún, ellos siempre van a estar peor que tú y te van a contar sus penas y calamidades, no se si pretendiendo consolarte o como.
Todo esto suena bastante mal, pero no quiere decir que sea el fondo de este mar al que hago referencia. Muchos amigos y compañeros están ahí siempre para tenderte un brazo, una mano solo, a veces simplemente te animan con sus palabras y se van, sin darse cuenta del enorme bien que han hecho. Yo estoy, hablando mal y pronto, hasta los cojones de competir. No quiero que me hagan competir con mis compañeros, con quienes estoy en las mismas condiciones. Quiero que alguien se levante y diga: lo que tenéis que hacer es hacer una piña y tratar de cambiar las cosas. Y que los demás le oigan y digan: bravo. Solo necesitábamos oírte para hacerlo. Solo necesitábamos esas palabras de ánimo.
Personalmente, yo no soy la más indicada para hacerlo. Estoy demasiado harta de competir como para exaltar a las masas, lo único que quiero es dormir por las noches y dejar de pensar que haga lo que haga, siempre habrá alguien mejor que yo. Eso vale para los vagos, para instarles a que hagan más. Yo no puedo hacer más. He llegado a mi límite.
Por otro lado, siempre he creído que no existen los límites. Y para estas cuestiones no hay ninguna respuesta clara, a cualquiera que le preguntes te dirá cosas que no vas a entender en el momento. Pero, ¿sabéis por qué no existen límites? Porque el tiempo no tiene límites, y mientras aprovechemos el nuestro, no los tendremos. Así que lo mejor en estos casos es tomárselo con calma, degustar el tiempo sin acuchillarlo y muy importante…irse de vacaciones cuando acaben los exámenes y no contactar con nadie en unos días. La paz siempre vuelve, tarde o temprano.
Agur!HasTa mañana
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